De los sentidos . . .

Cerró los ojos y en un instante estaba allí en la cocina de su madre. Pocas veces le dejaba entrar pues siempre le decía que aquel no era lugar para hombres. Ella se movía de un lado a otro y al hacerlo iba desplazando los olores de los objetos a su paso. Sin querer todos esos aromas se mezclaban con el suyo propio pues ella desprendía siempre el mismo, jabón de glicerina con perfume de jazmín, mezclados ambos con un olor intenso a fuego pues casi siempre estaba alrededor de él.

–          Luis tráeme de la despensa un puñado de café. Tu padre está punto de llegar y se enfadará sino está listo junto con su copita de orujo – le dijo ella mientras seguía dando vueltas en aquella cocina.

Luis fue corriendo a la despensa y metió la mano en el saco enorme que había en la entrada. Sintió como su mano se hundía en una textura granular y la revolvió varias veces con gusto antes de cerrar la mano aspirando el aroma intenso del café. Cuando llegó a la cocina su madre le esperaba con el delantal estirado diciéndole – vamos Luis que no tengo todo el día, pon el café aquí – y él así lo hizo. Ella vertió los granos en el molinillo y dándole a la manivela  en unos segundos aquellos granos se habían transformado en un polvo oloroso.

Mientras ultimaba los detalles del almuerzo Luis se concentraba en los sonidos que ella iba produciendo. Ahora aquel “toc-toc-toc” con la cuchara en el puchero, después el sonido del cristal de los platos que iba poniendo en la mesa, los cubiertos que a él siempre le dejaban ese sabor metálico en la boca y de repente escuchó los ladridos de su perro.

–          ¡Papá ha llegado! – Gritó Luis levantándose de la silla de un salto.

Luis corrió hacia él y cuando ya estaban cerca se tiró a sus brazos hundiendo su cabeza en su pecho aspirando el perfume del campo y sintiendo la aspereza del rostro de su padre besándolo en la mejilla.

Luis abrió los ojos y aquella cocina ya se había esfumado. No quedaba nada de su madre, ni su olor, ni su voz, ni sus trapos. Ahora solo veía aquella celda vacía donde le habían encerrado y era aún más fuerte el sabor de la sangre que se le escurría por los labios.

…a veces…

vengo solo a intentar

que te concentres en los

sentidos…lo sentiste?

Si te ha gustado ¡comparte!

chocolate bailable

No te pierdas ningún chocolate bailable

Soy Angela

En este espacio me he dado el permiso de jugar con las palabras, la imaginación y la creatividad…

Mientras no estoy aquí me dedico a crear igualmente, acompaño a profesionales del desarrollo personal para que su proyecto de corazón tenga formato digital. He puesto mis conocimientos en diseño web, marketing digital y creatividad al servicio de personas que ayudan a otras a tener una vida más plena y feliz. Puedes encontrarme en www.angysanz.es

6 comentarios en «De los sentidos . . .»

Deja un comentario

Otros Chocolates que quizás te quieras bailar...

poesia chocolate bailable
Poesía

Si no fueras mujer y fueras una mimosa…

  Si no fueras mujer serías árbol, pero no uno cualquiera, más bien una mimosa espléndida en flor, frondosa y profundamente enraizada en la tierra.    Si no fueras mujer y fueras una mimosa darías una sombra fresquita, como la de marzo, para todo aquel que necesitase descansar y tendrías un olor dulce y nada empalagoso,

Leer más »
Creatividad

De la creatividad y sus formas

“Trata a tus ideas como si fueran huéspedes” Lao Tse Para ti que hoy me lees, te traigo arte, sí arte o una forma de transmitir una visión de una forma muy creativa que al menos yo no conocía. TÚ que piensas que todo eso que llevas dentro no le interesa a nadie y no

Leer más »
bailar con dragones chocolate bailable
Creatividad

Bailando con dragones…

Estas últimas semanas he estado bailando con dragones o ¿será que lo he hecho toda la vida? Quizás ahora lo haga más conscientemente…sé que estoy bailando y sé que es con Dragones.   Después de haber tenido el placer de disfrutar del taller inicial de Dragon Dreaming, una metodología para crear proyectos sostenibles y exitosos

Leer más »