¿Crees que las cucarachas tienen corazón?

Desde el principio, sin fallar, prometí traerte la belleza  porque puedo verla por todas partes, lo sabes ¿verdad? Te la he mostrado siempre, incluso cuando no eras capaz de verla. Yo busco y rebusco para que vislumbres esa rendija por la que  asoma una brizna de luz, que de repente, lo ilumina todo. Dime entonces, ¿confías en mi? 

Te lo voy a confesar, no me gustan las cucarachas. Las recuerdo en dos de los lugares más cálidos y húmedos en los que he dormido. Cerca del mediterráneo y en el caribe. No soporto la sensación de que puedan volar. Y se acerquen. Y me toquen. Aunque sea un minúsculo contacto con mi piel…me muero de asco…

Ya sé que pensarás que estoy loca. Si las cucarachas me dan asco no pueden ser belleza. Y sin embargo en estos tiempos de locura, donde miles de refugiados esperan que algún semáforo divino se ponga en verde, y nos matamos, atentamos contra nuestra propia vida cada día, yo he soñado con cucarachas. He visto millones de úteros pariendo cucarachas. He visto millones de úteros llorando. Y otra vez pariendo cucarachas. Y otra vez llorando…Y no entiendo qué coño diablos estamos haciendo…¿será que las cucarachas tienen corazón? ¿somos cucarachas? ¿ellas son mejores que nosotros?

Entonces recordé este cortometraje llamado «Hotel» (José Luis Alemán, 2010) que vi hace algunos años en el Certamen de Cortometrajes El Pecado. Lo tengo en la recámara de este blog desde hace mucho tiempo y hoy necesitaba ver la luz. 

¿Sigues confiando en mi? Entonces dale al play e intenta verlo hasta el final…¡te sorprenderá!

A veces pienso

a lo mejor,

todos,

no somos más que insectos,

disfrazados de piel,

queriendo bebernos

el nectar,

de todas las flores del planeta.