Escribo solo para decirte
que hoy amanecí rodeada de burbujas de cava,
que sigo vestida de invierno,
con el letargo en la piel,
que continuo guardada
en ese rincón de tu corazón
donde habitan los cuentos
que vas a contarme
en alguna primavera
en que florezcamos juntos de abril.
Escribo solo para decirte
que estuve cocinando
y se me quemó un poco la cebolla
porque me distraje
pensando en tus pies,
recién paseados por esa playa
que tanto nos gusta del norte
y que nunca recorrimos juntos.
Escribo solo para decirte
que el día está siendo bueno,
aunque tengo una montaña de tareas
por hacer
y los estornudos se me escapan
de vez en cuando,
que tengo tantas ganas de besarte
que me he comido 7 cerezas,
de golpe,
pero nada, no es lo mismo
me sigue gustando más tu boca
a la hora de la siesta…
…a veces…
(o siempre!)
como decía Jaime Sabines
“en la cama ocurre lo mejor de la vida
el nacimiento, el amor, la escritura
y la muerte”
yo añadiría la siesta…
2 comentarios en «Tu boca, a la hora de la siesta»
primavera en pleno mes de Febrero? 🙂 ( almenos a mi me recordó esas ganas locas que tengo que llega de una vez la primavera y sentirme toda alterada )
ay Tresa! Pues claro que sí! ¿Jugamos a que ya era primavera ? Besos y abrazo apretao!