Había una vez un león que se hizo economista cuando quería estudiar filosofía porque no entendía nada de la vida que vivía, pero por el camino se cruzó con la política y entonces soñó con reunir de forma pacifica, usando a su amiga la dialéctica, a todos los animales de la selva. Este león creía en el poder del entendimiento, del ponerse en el lugar del otro, del uso de la fuerza colectiva para llegar a mejorar la vida de cualquier individuo.
Un día como otro cualquiera, caminando por la selva, alguien le pidió que compartiera su saber y enseñara a quien necesitaba aprender y entonces empezó su andadura por la universidad de la vida y aunque no le costaba enseñar lo que realmente quería era contar historias…
Mientras enseñaba y veía como la selva se iba transformando, a veces en un lugar duro y lleno de asfalto, a veces irrespirable como un pulmón agotado, otras, por suerte, como un mar de libertad donde nada estaba inventado, y así fue conociendo el amor y el desamor y hasta tuvo tres hijas, pero como se quedó sin aprender filosofía y estaba tan entretenido leyendo libros, para poder aprenderla y para poder viajar (entre muchas otras cosas), se le olvidaron los nombres de las emociones y fue sintiendo sin saber cómo llamarlas o dónde guardarlas y simplemente las fue colocando con cariño en un rincón de su guarida.
A sus hijas les enseño, ya que era un león, que no debían temer nada, simplemente respetar y ver el mundo con sus ojos de color verde esperanza y las convenció de que, a pesar de que la selva a veces pudiera parecer complicada, la imaginación existía para darle forma a la vida que siempre habían soñado, que los días felices están en las pequeñas cosas, dónde menos se pusieran a buscarlos y los demás animales estaban ahí para saber disfrutarlos, cada uno con sus manías, sus aullidos, sus formas de alimentarse, sus colores magníficos a la luz del sol o de la luna y que sobre todo nunca se olvidaran de que cada una de ellas era única, aunque no se lo dijera demasiado ni con palabras, ni con abrazos.
Ese león cumple hoy años y así como TÚ, así como yo, está rodeado de cambios pero seguirá siendo economista, aunque jubilado, político en su mas pura esencia y filósofo aunque nunca lo haya estudiado.
Desde aquí, querido papá, te regalo este cuento, y en esta nueva fase que los dos empezamos, la posibilidad de darle nombre a todas las emociones que se nos quedaron en algún rincón olvidado, que construyamos mapas con nuevas rutas, esos que a los dos nos encantan, que juguemos incluso a darles nombres inventados y que por fin te des la oportunidad de contar todas esas historias que solo TU imaginación ha conocido y que las compartas con los demás animales de la selva, quién sabe a lo mejor eso nos devuelve un poco de luz y ese desorden organizado que algunos tanto soñamos…
Y porque fue gracias a ti que me enamoré de la salsa mientras en algunos sábados por la mañana nos ponías la banda sonora de la vida, aquí te dejo esta canción que tanto significa para mi estos días…
Feliz Cumpleaños papá y hoy, sobre todo hoy, gracias por apoyar mis decisiones!
… a veces
cuentista
como este León!
8 comentarios en «De un León economista que queria ser cuentista»
Aullido muy, muy grande de un león emocionado por el mejor regalo que puede recibir!!! Muchas gracias por esta maravillosa sorpresa y por los animos que me das para los tiempos que vienen. La verdad es que la selva está llena de seres maravillosos con los que relacionarse pero todo sería más díficil sin el amor de mis queridísimas hijas que tan fuerte me llega y me hace ser mejor persona.
Un abrazo y un beso muy fuertes
Muy bonita historia y un regalo precioso para tu padre en el día de su cumpleaños. Aprovecho para felicitarlo aunque no me conozca y desearle al igual que a ti, una feliz etapa y nuevos días en blanco para colorear.
Besos guapa!!!
De nuevo angela, gracias por escribir otro cuento emocionante! Y al señor leon, gracias por la parte que le toca en que el mundo sea mejor porque su hija esta en el!
@papá: me llega el aullido desde la distancia, la emoción, el beso y el abrazo! Estoy segura de que nos esperan cosas muy muy buenas!
@Tegala: cómo me gusta la idea de los días en blanco para colorear! Eso si que es un regalo que tenemos que aprovechar y lo haremos 😉
@Shubhaa: gracias por motivarme a expresar tanto en forma de cuentos…ha sido un “invento” muy bueno 😉
Besos a todos y gracias por venir en todas las ocasiones, para dejaros llevar por todas las emociones que se van quedando colgadas aquí, las buenas, las malas, por acompañarme en esta aventura que estoy viviendo, pero hoy, por venir a celebrar! 😀
Un cuento precioso Ángela! Me imagino lo que se ha podido emocionar tu padre al leerlo, porque hasta a mí me has emocionado! Un millón de besos y muchísimas felicidades para ese león!
Yolanda, gracias preciosa, por dejarte emocionar y por venir a verme y dejarme un mucho de tus energías! Besos!
bravo Angela y padre…y la constelación entera que nos parió, ya puestos a agradecer.
Muchos cuentos y muchas nueces es lo que veo que se va moviendo en esta familia…habrá que compartirlos un día de estos pero en directo…ya sabeis que por ahora yo invito a Jerusalem que no es mal sitio para una velada …incluso literaria. Besos y gracias de nuevo
Hola Rafa! Gracias por venir a vernos aqui! yo tengo pendiente esa visita a Jerusalem y si es para compartir una velada de cuentos mejor que mejor! Un beso grande para ti también!