Una de las cosas que más me gusta de este espacio es que puedo ser como realmente soy, que para eso es mi casa, por eso me gusta venir a celebrar mis cumpleaños contigo.
Esta vez llego un poco tarde, ya fue el lunes, pero de todas formas te traigo las energías que me acompañan en estos días.
Hace unos meses cuando participaba en el curso sobre Cómo potenciar la creatividad una de mis compañeras, Laus Fullana, compartió este poema-cuento que no me resisto a traerte hoy.
Lejos de querer hacer aquí un análisis de cómo está mi niña interior quería compartirlo porque me parece que es la esencia de una de las cosas más importantes que estamos viviendo hoy, no sabemos diferenciarnos porque nos enseñaron que todos teníamos que ser iguales.
Un niño, de Helen E. Buckley
Traducción de Luis Porter
Una vez un niño fue a la escuela.
El niño era bien pequeño,
la escuela era bien grande.
Pero cuando el niño vio
que podía caminar hacia el salón
desde la puerta de la calle
se sintió feliz
y la escuela
ya no le pareció tan grande como antes.
El niño era bien pequeño,
la escuela era bien grande.
Pero cuando el niño vio
que podía caminar hacia el salón
desde la puerta de la calle
se sintió feliz
y la escuela
ya no le pareció tan grande como antes.
Poco tiempo después, una mañana
la maestra dijo:
– Hoy vamos a hacer un dibujo –
– Bien – pensó el niño, porque le gustaba dibujar
Y podía hacer todas esas cosas:
Leones y tigres,
gallinas y vacas
trenes y barcos.
Así que tomó su caja de lápices de colores
Y se puso a dibujar.Pero la maestra dijo:
– ¡Esperen! ¡Todavía no es hora de comenzar!
Y el niño esperó hasta que todos estuvieran listos
– Ahora, dijo la maestra, hoy vamos a dibujar flores
– ¡Qué bien! Pensó el niño,
Porque a él le gustaba dibujar flores.
Y comenzó a dibujar flores muy bonitas
con su lápiz rosa, naranja, y azul…
Pero la maestra interrumpió y dijo:
– ¡Esperen! Yo les mostraré cómo hay que hacerlas
– ¡Así! dijo la maestra
dibujando una flor roja con el tallo verde
– ¡Ahora sí! Dijo la maestra
– Ahora pueden comenzar.
El niño miró la flor de la maestra
Y luego miró la suya;
A él le gustaba más su flor que la de la maestra.
pero él no reveló eso.
Simplemente guardó su papel
E hizo una flor como la de la maestra:
Roja, con el tallo verde.Otro día
Cuando el niño abrió la puerta del salón
La maestra dijo:
– ¡Hoy vamos a trabajar con plastilina!
– ¡Bien! Pensó el niño
Él podía hacer todo tipo de cosas con plastilina:
Víboras y muñecos de nieve
elefantes y conejos;
autos y camiones…
Y comenzó a apretar y a amasar
la bola de plastilina
pero la maestra interrumpió y dijo:
– ¡Esperen! No es hora de comenzar
– Y el niño esperó hasta que todos estuvieran listos
– Ahora -dijo la maestra- vamos a hacer una víbora
– ¡Bien! – pensó el niño
A él le gustaba hacer víboras
Y comenzó a hacer algunas
de diferentes tamaños y formas
Pero la maestra interrumpió y dijo:
– ¡Esperen! Yo les enseñaré como hacer una víbora larga
– Así… – mostró la maestra
– ¡Ahora pueden comenzar!
El niño miró la viborita que había hecho la maestra
y después miró las suyas.
A él le gustaban más las suyas que las de su maestra,
pero él no reveló eso.
Simplemente amasó la plastilina, como hacía en su casa
E hizo una viborita como la de la maestra.
Era una viborita delgada y larga.De esta manera
El niño aprendió a esperar
y a observar
y a hacer las cosas
siguiendo el método
de la maestra.Tiempo más tarde
él ya no hacía las cosas por sí mismo.
Entonces sucedió
que el niño y su familia
se mudaron a otra casa, en otra ciudad
y el niño tuvo que ir a otra escuelaEsta era una escuela mucho más grande que la anterior.
También tenía una puerta que daba a la calle
Y un camino para llegar al salón.
Esta vez había que subir algunos escalones
Y seguir por un pasillo largo
para finalmente llegar a su sitio.
Y sucedió que justamente ese primer día,
que el niño estaba allí por vez primera,
la maestra dijo:
– Hoy vamos a hacer un dibujo
– Bien, pensó el niño
Y esperó a la maestra
para que le dijera cómo hacerlo.
Pero ella no dijo nada.
Solamente caminaba por el salón.Cuando se acercó al niño
La maestra dijo: – ¿y tú no quieres dibujar?
– Si – dijo el niño, ¿y qué vamos a hacer? Añadió
– No lo sabré hasta que tú lo hagas – contestó la maestra
– ¿Pero cómo hay que hacerlo? Volvió a preguntar el niño
– ¿Cómo? dijo la maestra – De la manera que tú quieras –
– ¿Y de cualquier color? Preguntó el niño
– De cualquier color – dijo la maestra y agregó:
– Si todos hicieran el mismo dibujo usando los mismos colores
¿Cómo podría yo saber de quién es cada dibujo y cuál sería de quién?
– No sé… – dijo el niño
Y comenzó a dibujar una flor roja
con el tallo verde.
la maestra dijo:
– Hoy vamos a hacer un dibujo –
– Bien – pensó el niño, porque le gustaba dibujar
Y podía hacer todas esas cosas:
Leones y tigres,
gallinas y vacas
trenes y barcos.
Así que tomó su caja de lápices de colores
Y se puso a dibujar.Pero la maestra dijo:
– ¡Esperen! ¡Todavía no es hora de comenzar!
Y el niño esperó hasta que todos estuvieran listos
– Ahora, dijo la maestra, hoy vamos a dibujar flores
– ¡Qué bien! Pensó el niño,
Porque a él le gustaba dibujar flores.
Y comenzó a dibujar flores muy bonitas
con su lápiz rosa, naranja, y azul…
Pero la maestra interrumpió y dijo:
– ¡Esperen! Yo les mostraré cómo hay que hacerlas
– ¡Así! dijo la maestra
dibujando una flor roja con el tallo verde
– ¡Ahora sí! Dijo la maestra
– Ahora pueden comenzar.
El niño miró la flor de la maestra
Y luego miró la suya;
A él le gustaba más su flor que la de la maestra.
pero él no reveló eso.
Simplemente guardó su papel
E hizo una flor como la de la maestra:
Roja, con el tallo verde.Otro día
Cuando el niño abrió la puerta del salón
La maestra dijo:
– ¡Hoy vamos a trabajar con plastilina!
– ¡Bien! Pensó el niño
Él podía hacer todo tipo de cosas con plastilina:
Víboras y muñecos de nieve
elefantes y conejos;
autos y camiones…
Y comenzó a apretar y a amasar
la bola de plastilina
pero la maestra interrumpió y dijo:
– ¡Esperen! No es hora de comenzar
– Y el niño esperó hasta que todos estuvieran listos
– Ahora -dijo la maestra- vamos a hacer una víbora
– ¡Bien! – pensó el niño
A él le gustaba hacer víboras
Y comenzó a hacer algunas
de diferentes tamaños y formas
Pero la maestra interrumpió y dijo:
– ¡Esperen! Yo les enseñaré como hacer una víbora larga
– Así… – mostró la maestra
– ¡Ahora pueden comenzar!
El niño miró la viborita que había hecho la maestra
y después miró las suyas.
A él le gustaban más las suyas que las de su maestra,
pero él no reveló eso.
Simplemente amasó la plastilina, como hacía en su casa
E hizo una viborita como la de la maestra.
Era una viborita delgada y larga.De esta manera
El niño aprendió a esperar
y a observar
y a hacer las cosas
siguiendo el método
de la maestra.Tiempo más tarde
él ya no hacía las cosas por sí mismo.
Entonces sucedió
que el niño y su familia
se mudaron a otra casa, en otra ciudad
y el niño tuvo que ir a otra escuelaEsta era una escuela mucho más grande que la anterior.
También tenía una puerta que daba a la calle
Y un camino para llegar al salón.
Esta vez había que subir algunos escalones
Y seguir por un pasillo largo
para finalmente llegar a su sitio.
Y sucedió que justamente ese primer día,
que el niño estaba allí por vez primera,
la maestra dijo:
– Hoy vamos a hacer un dibujo
– Bien, pensó el niño
Y esperó a la maestra
para que le dijera cómo hacerlo.
Pero ella no dijo nada.
Solamente caminaba por el salón.Cuando se acercó al niño
La maestra dijo: – ¿y tú no quieres dibujar?
– Si – dijo el niño, ¿y qué vamos a hacer? Añadió
– No lo sabré hasta que tú lo hagas – contestó la maestra
– ¿Pero cómo hay que hacerlo? Volvió a preguntar el niño
– ¿Cómo? dijo la maestra – De la manera que tú quieras –
– ¿Y de cualquier color? Preguntó el niño
– De cualquier color – dijo la maestra y agregó:
– Si todos hicieran el mismo dibujo usando los mismos colores
¿Cómo podría yo saber de quién es cada dibujo y cuál sería de quién?
– No sé… – dijo el niño
Y comenzó a dibujar una flor roja
con el tallo verde.
Atreverse a hacer una flor propia hoy en día, después de haber hecho copias y más copias de otras, asusta pero se puede hacer. En mi caso siento como si una parte de mi tuviera tres añitos y estuviera dándome el permiso para hacer exactamente eso, buscar mi forma de dibujar, empezar desde cero. Creía firmemente que nunca aprendería a dibujar, ahora hasta me he atrevido a enseñar trucos a mi prima pequeña 😀
Ingredientes imprescindibles
Y en ese vaivén de atreverse a ser una misma, de dibujar y crear las reglas de un juego propio están puestas mis energías ahora y me acompañan dos ingredientes muy especiales: la conciencia y el desapego.
La conciencia me ha permitido darme cuenta, iluminar lo que antes no veía y sí sentía, le he dado nombre a muchas cosas, las he organizado o mezclado en habitaciones con colores y sonidos. Ahora consigo habitar un Yo que se relaciona con un cuerpo, con las emociones, con la mente y por su puesto con la conciencia. Esto me ha traído mucha paz.
El desapego, no entendido como la indiferencia sino como la libertad y compromiso, llega también como consecuencia de la anterior. Ya me consigo separar del ego,despegarme, hablar con él, sentir y saber si lo que me pide es necesario o no y darle respuestas a su medida, no en función de él. Ahora, lo esencial viaja conmigo a todas partes y cuando algo me supera intento rendirme a lo objetivo sin juicios, sin valores, sólo veo y desde ahí también encuentro más paz.
Agradeciendo
Sigo, en este año, agradeciendo a la vida que pueda tener las oportunidades para seguir ganando conciencia, para seguir aprendiendo de cada detalle, para disfrutar cada momento. Además agradezco el ser capaz de tener sueños nuevos por los que levantarme cada día y personas con las que compartirlos, aunque sea en la distancia e incluso aunque no los entiendan.
Para ti , que estás al otro lado de la pantalla, gracias porque de forma anónima, o a veces no tanto, estás en mi vida y significas que una parte de mi está muy viva, las letras que me comunican con tu ser ¡De verdad gracias por esos mensajes espontáneos que me llegan como abrazos!
Te dejo también este vídeo que me enseño Nuria Carbó ¡Todo un descubrimiento a través de Twitter! Gracias 😉
Los enemigos de nuestra creatividad:
…a veces…
hay que dibujar mucho
antes de encontrar
las formas y colores
que nos gustan
o ¿aceptar
que cada momento tendrá
su color y forma propia y
que todo es pasajero…?
10 comentarios en «Cumpliendo 35: aprendiendo a dibujar, jugar. . .»
Los cumpleaños son una excusa para parar y observar, y me encanta ver que en esta nueva parada ves una realidad que te gusta y proyectos que te iluminan el camino. Gracias por abrirnos esta ventana y por compartir algunos momentos de tu vida conmigo.
Me encanta lo del desapego, ¿como era que se entrenaba eso? Yo te felicito, por tus 35 radiantes y por esas ganas con las que estás en la vida cada día, será la conciencia que te abre una nueva mirada!
Feliz año nuevo y que cumplas muchos más inspirándonos con tus entradas!
Un fuerte abrazo y 35 tirones de oreja 😉
Gracias, Gracias , Gracias Angela Este darme cuenta de lo que se toca, gusta, colores y sonidos relacionados con las emociones, la mente y la conciencia es lo que viaja con migo, dejando de lado unos instantes para verlo con una segunda mirada (desapego), sin dar valor, juicios, rendirme al objetivo y es ahí donde se encuentra más la PAZ. Verdad que son sueños nuevos cada mañana cuando nos levantamos con personas para compartir. José A
________________________________
Ya sabes que este año eché en falta tu post de aniversario, jeje. Pero has cumplido ;). Ésa eres tú, una persona generosa, que hace regalos (en forma de letras, ideas, energía…), incluso cuando te toca recibirlos. Gracias por compartirte!
Shubhaa, sí que lo son, fantásticos para hacer balance, parar, tomar aire, revisar y seguir con más motivación hacia lo que queremos! Gracias a ti por acompañarme 😀
Virgi: tú eres quien más me enseña sobre ello 🙂 Inspiración y amor que me da la mano siempre Muack!
Adwoa: Me llegaron los tirones de oreja jajajajajaja! Gracias por estar ahí e inspirar también mostrando más caras de la realidad! Otro abrazo enorme!
Jose Antonio: Bienvenido y muchísimas gracias por pasar y comentar! Creo que cuando uno se da de bruces con el desapego ya no tiene como escapar…porque en ese momento toco cobra sentido, ver desde fuera y con diferentes ángulos nos sitúa dónde queramos y decidimos con fuerza quedarnos con lo mejor.
Susana, síi! Casí no llego pero al final ya se ha convertido casi en un ritual porque en realidad empecé a escribir gracias a un cumpleaños y es como recordar lo que me mueve, mantenerlo muy vivo 😀 Gracias por estar y venir también a compartir! Un super abrazo!
Aunque ya te felicite por teléfono y aunque llegue tarde aquí , quiero felicitarte, ya no tanto por tu cumpleaños sino también por ser así como tú eres, cómo te atreves a ser. Por darte a los demás y por respetarse cuando necesitas, simplemente, estar contigo.
Un abrazo fuerte!!
Querida Tegala gracias! Siempre por estar ahí y compartirte también 😉 Un beso doble!
Felicidades Angela, el hada viajera de chocolate bailable, que bien que llego para tu cumpleaños! siempre un placer leerte…
abrazos,
maria
Gracias María 😀 ¡Otro abrazo fuerte!