
Los amantes no se encuentran
finalmente en algún lugar;
están dentro el uno del otro
todo el tiempo.
Rumi
Me sorprendí pensando una de estas tardes,
mientras repasaba tus besos
con la lengua de mi imaginación,
que no es de ahora este besar.
Recordé entonces la destreza de tus manos,
que me recorren con pericia,
desde la risa
hasta los pies,
calzados de miedos.
Me detuve en el brillo de tus ojos,
cuando descubres los puntos suspensivos
que llevo en la cintura
y casi sin querer,
se me brotó el olor a bosque
que desprende tu pecho.
Insistí un poco más,
buscando en los silencios
que existen entre tu vida y la mía.
Estaba allí.
Dentro.
Fuera.
Ayer.
El uno en el otro
ya fuimos AmAntes.
Ahora no.
Tu sangre
que corre por mis venas.
Un castigo,
la memoria de tus caderas.
El letargo
de tu cara en el espejo.
Tu luz
como un veneno de diseño.
La manera de pensarte en tu ausencia.
Las razones para odiarte si me dejas.
Los motivos de una o dos huidas breves.
Damien Rice gritando «qué coño quieres».
porque nunca va a ser,
como ya fue todo.
El desconsuelo de no creer y no querer creer,
la libertad de equivocarse uno mismo.
Un andén cosido a navajazos en tu prosa,
esa noche en blanco y negro, bossa…
la que alivia y espina.
Tu espalda
que acabó en muerte súbita.
Un plato del revés contigo adentro.
Te regalo el hueco de mi abrazo.
Mi amor
trabajando en las esquinas,
la espera de tu tren con retraso.
Siempre amé
esta vida hecha pedazos.
Tegala
24.12.2017 at 06:39No me cabe duda, en ocasiones los que se aman fueron AmAntes. Y se sorprenden pensando que ésa comodidad tan precoz, que ésa falta de pudor…no es normal pero lo es, porque se amaron ya antes.
Un abrazo chocolatero.
Chocolate Bailable
03.01.2018 at 13:23Hola preciosa! Qué bueno verte por aquí de nuevo! Te abrazo como si ya nos hubieramos abrazado muchas vidas antes! <3