1983. La dictadura ha terminado en Argentina y la protagonista sigue fiel a las órdenes de su padre, un militar de alto rango. Cada día repite una serie de rutinas extremando el cuidado a su progenitor de una forma casi, o sin casi…enfermiza. Todo ello marcado por el sonido de un reloj tan riguroso como la disciplina militar.
El cortometraje dirigido por Santiago Bou Grasso ganó el Gran Premio del Jurado en el festival brasileño Anima Mundi y ha recibo premios en 90 festivales.
¿Lo ves y te sigo contando?
Después de verlo me quedé pensando en la cantidad de acciones que llevamos a cabo a lo largo del día por hábito, o por ser fiel a alguien (¡aunque no esté vivo!), porque nos hemos creído que esa es nuestra manera de demostrar amor, aunque nos haga las personas más infelices del mundo. Hay fidelidades muy obvias y otras no tanto…He conocido a mujeres que buscan a hombres que les sean infieles para repetir la historia de su madre, abuela…., me han contado vidas de quien nunca se permitió ser más rico que su familia para no tener más que ellos, por el miedo a no ser amado si eso ocurría…He visto a hombres maltratar a sus mujeres porque vieron a sus padres hacerlo…Hay familias dónde no se comparten algunas cosas por miedo a que si se hace, sean “expulsados”…Existen mujeres que no tendrán hijos porque, sin ser muy conscientes, no quieren ser madres como sus madres…
¿A quien eres fiel en tu día a día? ¿qué dejarías de hacer si supieras que esa persona, que tanto te importa, te ama seas como seas, sin que repitas su historia o lo que crees que es importante para ella/él?
…a veces…
la inconsciencia
dirige nuestra vida
como en una dictadura interior…