“Yo no juego – No me gusta jugar a nada”
Ya sé que no es una buena forma para comenzar un post sobre juegos pero es necesario empezar por el principio. Aunque muchos no lo creen me pasé gran parte de mi infancia y mucho tiempo después diciéndola. Siempre he pensado que había algo en los juegos que no me acababa de convencer ¿lo habré confundido con competir?
Si de niña apenas jugaba, tengo que confesar que tampoco he entendido nunca a las personas que se divierten y pasan horas sumergidos en mundos imaginarios en el ordenador. Independientemente de lo que trate el juego siempre los he visto como una forma de evasión sin embargo… ¿y si lo que se quiere es una realidad mejor?
Gamificar – “bonito palabro”
La creatividad, la empatía y la comunicación son tres de los aspectos que más estoy intentando desarrollar en este momento de mi vida y por eso llegué hasta la Gamificación.
El libro, cuya portada ilustra este post, es uno de los que que me ha hecho reflexionar sobre el juego. Lo recomiendo mucho porque despierta, entre otras cosas, la creatividad y la capacidad para dibujar (como juego también).
A partir de aquí toda mi visión de los juegos cambia y precisamente por eso estoy sumergida en un nuevo curso sobre Gamificación, que consiste en introducir dinámicas, reglas, metodologías de juegos en contextos que no son lúdicos por naturaleza.
Estas dinámicas son usadas desde hace ya algun tiempo en educación, gestión de recursos humanos, social media y muchos más ámbitos con el objetivo de que se vivan experiencias divertidas, en gran medida, que faciliten sobre todo el aprendizaje. Crear de una forma más libre, despertar la empatía, salir de nuestra zona de confort, mejorar nuestras estrategias, son algunos de los resultados más deseados al gamificar, por eso jugamos.
¿Para qué quiero jugar yo?
Esta es la primera pregunta que @dreig nos ha lanzado en el foro de actividades para esta semana y después de algunas vueltas, paseos en soledad, reflexiones con otras personas y borradores con dibujos y notas, aquí van los tres argumentos que yo tengo en este momento para entrar en el mundo de los juegos:
Jugar vs competir: Como decía al principio no me gusta competir, aunque sí me gusta mejorar, crecer y descubrir nuevas formas de hacer las cosas ¿esto será competir conmigo misma? Quizás haya estado siempre pensando que competir y jugar era lo mismo y @dreig me acerca esta semana al término Coopetición, que exploraré más a fondo. Tengo la sensación de que además de querer un mundo mejor, dónde cada uno también es mejor, muchas personas juegan para sentirse útiles, tienen tareas específicas y cumplen un determinado papel para que un objetivo se lleve a cabo ¿será que en la vida real lo tienen? y si no es así ¿qué necesitan? ¿qué necesito yo? Quizás yo no he jugado a muchos juegos pero mi diversión ha sido imaginar historias dónde vivir otras vidas, ponerme en la piel de otros, buscar formas de resolver un final imposible ¿será que eso no es puro juego? Necesito descubrir nuevas formas de entrar en el mundo de los juegos desde la cooperación, superación personal, colaboración, co-creación, coopetición.
Complicidad: una de las primeras cosas que hago, casi incoscientemente, cuando entro en un grupo nuevo es buscar la forma de generar complicidad, la mayoría de las veces a través de la risa y la confianza. Pongo a trabajar mi empatía y la de los demás para generar la sensación de que tenemos un objetivo común y de que estamos para ayudarnos, para crecer, para apoyarnos los unos en los otros ¿y si aprendiera a hacerlo desde el juego conscientemente?
Dinamizar comunidades off/online: desde que trabajo como Comunity Manager en el mundo de la agricultura ecológica me he dado cuenta de que una de las tareas más importantes, como empresa, es la de sensibilizar, muchas personas aún no están familiarizadas con las características de los alimentos ecológicos y todo lo que ello conlleva. Si Facebook puso a medio planeta a jugar a FarmVille a lo mejor no es tan descabellado crear un EcoFarmVille. Ni si quiera lo pienso como algo a tan gran escala pero sí usar el juego para que se aprecie algo tan natural como es cultivar siguiendo los preceptos de la ecología. Tener la opción de cultivar, jugando, tu propia lechuga y después llevártela a la mesa. En realidad se me ocurren muchas más opciones con niños, adultos, familias y creo que será una línea a desarrollar en los próximos meses…
En cualquier caso el argumento más potente para mi en este momento, que engloba a los tres anteriores y muchos más, es que entrar en el mundo de los juegos supone salir de mi zona de confort y ese es el mayor reto para mi. Lo hago convencida de que voy a disfrutar y aprender, así que brújula, mapa y martillo de geóloga en mano y cuaderno de notas y retina de escritora, me entrego a un mundo nuevo por explorar 😉
Y para terminar os dejo con uno de los vídeos que más me han impresionado de los materiales de esta semana.
Jane McGonigal: Los juegos online pueden crear un mundo mejor
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Y a ti ¿te gusta jugar? ¿para qué juegas?
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6 comentarios en «Entrando en el mundo de los juegos y saliendo de mi zona de confort»
Los juegos son una herramienta básica de aprendizaje, y es el aprendizaje el que nos permite evolucionar. Me ha encantado tu reflexión 😉
A mi tampoco me gusta/ba jugar pero despues de leer tu entrada, voy a pensarmelo dos veces 😉
Susana, ahí vamos intentando evolucionar…a ver qué sale de todo esto 😉
Adwoa: yo creo que igual tú, como yo, tenemos conceptos diferentes de juegos y entramos en el modo imaginario y creador sin añadir el elemento competición como motivador…no nos hace ninguna falta 😉
Saludos a las dos y un abrazote!
Salir de la zona de comfort suele ser muy recomendable, pero ya sabes, a buena se lo vas a contar. Espero que algún día me enseñes a jugar sin competir…
Abrazo juguetón